LA DUALIDAD UNIFICADA


Todo el amor está en ti. La dualidad de tu ser, tus risas y tus silencios, el odiar y el amar están en ti, el herir y el perdonar, el huir y el regresar, el manipular y el respetar, el rechazar y el aceptar .
Todo absolutamente todo está en ti y así ha de ser. Eres libre de decidir e integrar.

La emoción se expande en cada célula de tu ser, así como vibran tus emociones, así está la frecuencia vibratoria de tu ser humano. Venimos con la ardua misión de aprender a equilibrarnos a nosotros mismos, a calibrar nuestra capacidad de reacción ante diversas situaciones conflictivas en la vida. A poner en la balanza las veces que nos caemos y levantamos sin ayuda externa hasta encontrar dentro de nosotros mismos la fuerza de la resiliencia que nos empuja como una fuerza invisible una y otra vez hacia la vida.

Aprendemos a través de la repetición de patrones kármicos que la rueda del shamsara nos hace revivir del pasado y otras vidas. La calibración sólo se da cuando tomamos consciencia del patrón repetido, ir a su origen y aceptar su función en nuestra vida, integrando esa sombra al darle luz con nuestra toma de consciencia, e integrando esa información que nos viene de la luz para meternos en la sombra y extirpar el dolor, miedo, ira, frustración desde el origen para sanar creencias, emociones, actitudes, hábitos o promesas realizadas de forma inconsciente por nuestra energía para sentirnos parte de nuestro sistema familiar.

Somos semillas fruto de la dualidad de Dios.

Somos hijos primigenios de sombras y luces. Somos sombras errantes en la búsqueda incesante de la luz, crecemos a través de vernos reflejados en la pupila de la otra parte escindida de nuestra alma.

El amor es integrar en nosotros la polaridad del propio ser. Amor es fusión de mentes, cuerpos y espíritus desde el reconocimiento del alma par. Amor es aprender a recibir para estar lleno y así dar sin esperar a recibir, pues si das sin recibir estás vaciando las reservas energéticas que tiene tu alma.

Somos una exhalación divina de consciencia, un soplo divino moldeando a un humano a través del dominio de nuestro propio cuerpo y mente al enriquecer la comunicación con nuestro propio espíritu.

La dualidad unificada es la plenitud del ser.
Acepta, agradece, ama, crea la fórmula mágica para unificar tu dualidad y transforma tu vida en un viaje iniciático: " tu calidad humana".